martes, 16 de febrero de 2010

EL DIABLITO

INTRODUCCIÓN

Los problemas conductuales son situaciones muy comunes en los grupos, muchas veces este problema inicia con un pequeño grupo de niños, incluso con uno solo, pero va creciedo conforme pasa el tiempo; el docente por su parte trata de implementar estrategias que conoce, pero si el problema persiste, estas estrategias tienden a agotarse, generando frustraciones hacia el profesor.

Considero que una parte importante para controlar la conducta de un grupo es crear conciencia en los niños sobre la importancia de la disciplina y sobre todo de una convivencia adecuada entre ellos mismos y con los profesores.

Esta histria tiene como objetivo hacer entender a los niños que los malos comportamientos y las bromas pueden parecer graciosas para quien las realiza, pero no para quien las recibe, y que este tipo de acciones puede llevar a consecuencias inesperadas, además de hacer énfasis en el detalle de ayudarse unos a otros y la buena convivencia.

EL DIABLITO

Había una vez un diablito muy travieso, le encantaban las bromas pesadas y burlarse de todas las personas, unas porque eran chaparritas, otras porque no tenían pelo, también porque usaban lentes, tenían lunares o la ropa que usaban no le gustaba.

Este diablito entraba a una escuela y se escondía muy bien para que no lo vieran y jugarle bromas a los niños que pasaban cerca de él, como ponerles el pie para que se cayeran, gritarles para asustarlos y hacerlos llorar, bajarle los pantalones a los niños o jalarles las faldas o el pelo a las niñas, aventarles papeles o piedritas, muchas bromas así sin importarle lo que sentían ellos. También se burlaba de las mochilas que llevaban, el color de los zapatos o del pelo, si eran flaquitos o gorditos, o si eran morenos o rubios, en fin, buscaba cualquier pretexto para burlarse o hacer bromas. Y cada vez que lo hacía y ver las caras enojadas o tristes de los niños, él solamente se burlaba y soltaba unas muy fuertes carcajadas.

Había en especial un niño al que molestaba más seguido, se llamaba Daniel y tenía muy poco pelo en su cabeza, por esa razón usaba una gorra, pero el Diablito se burlaba mucho de él y le jugaba muchas bromas, como quitarle la gorrita y correr para no regresársela.

Daniel y los demás niños ya no hallaban qué hacer, eran muchas burlas, y en una ocasión le dijeron que los dejara tranquilos, porque un día su conducta lo iba a meter en problemas, iba a necesitar ayuda y nadie le iba a querer ayuda, pero el Diablito sólo se reía de eso.

En una ocasión, el Diablito miró a un gato asustado arriba de un árbol de la escuela, y se le ocurrió cortar el árbol y hacerlo caer, para que el gato se asustara. Rápido fue a buscar algo con qué cortar, pero la broma le salió mal; al cortar, el árbol se le vino encima y el Diablito quedó atrapado entre las ramas, como si estuviera dentro de una cárcel.

Los demás niños se quisieron vengar y empezaron a burlarse de él, los niños le tiraban basuritas, y las niñas le pintaban la boca y le hacían peinados feos, y el Diablito sólo gritaba, se enojaba, y después simplemente pedía por favor que lo sacaran, pero los niños no le hacían caso.

Hasta que llegó Daniel y les dijo: ¡Alto, déjenlo! ¿Qué no ven que todos se están portando igual que él? así no vamos a solucionar las cosas, mejor hay que ayudarlo a salir de ahí, estoy seguro que si lo hacemos dejará de molestarnos.

Así que entre todos lograron cortar algunas ramas del árbol para que saliera de ahí. Después de ese día, el Diablito dejó de comportarse mal y se convirtió en amigo de los niños y de Daniel. Así que dejó de ser un Diablito.

1 comentario:

Unknown dijo...

HOLA, SOY MAESTRA RURAL DEL ESTADO DE GUERRERO Y LO FELICITO POR SU TRABAJO Y GRACIAS A USTED VOY A PODER APOYAR MEJOR A MIS NIÑOS, APLICANDO LAS ACTIVIDADES QUE NOS PRESENTA. GRACIAS DESDE LA SIERRA DE GUAYAMEO, GRO.