sábado, 10 de enero de 2009

ADÁN EL MAGO

INTRODUCCIÓN

Aunque este cuento puede trabajarse de manera similar al de MARUJA LA BRUJA, lo he escrito para hacer lecturas de comprensión, escenificaciones y el conocimiento de los días de la semana.

Esta actividad tiene la ventaja de poder manejarse en cualquier modalidad, ya sea de manera individual, en un pequeño equipo, o en un grupo completo.

MATERIAL

Para realizar la lectura de este cuento, recomiendo al docente tener como apoyo un calendario o una gráfica que señale los 7 días de la semana, además de los dibujos de los animales que aparezcan en el cuento.

ADÁN EL MAGO

Había una vez un mago llamado Adán que vivía en lo alto de una montaña. Al pie de esa montaña había un pequeño pueblo, las personas que vivían ahí conocían muy bien a Adán porque siempre estaba haciendo cosas malas, muchas travesuras, por eso le conocían como el Mago Travieso.

Un día, Adán el Mago tuvo una idea, se le ocurrió empezar a convertir a la gente en animales diferentes, sólo por diversión, entonces empezó a ordenar sus ideas y a pensar bien cómo hacer esa travesura.

Pensó que lo mejor sería no convertir a todas las personas en animales en un solo día, pues sería muy rápido y no sería tan divertido; entonces decidió convertir a una persona cada día, para que su juego durara mucho tiempo. Y así empezó.

Todos los lunes convertía a una persona en un León; todos los martes transformaba a otra persona en un Mono; los días miércoles convertía a alguien en Mapache; los jueves a otra persona la volvía Jirafa; cuando era viernes, a alguien más lo transformaba en una Vaca; todos los sábados transformaba a otro en Serpiente; y los Domingos, a una persona más lo convertía en un Delfín.

Después de un tiempo, eran tantas las personas transformadas en animales, que el pueblo ya parecía un zoológico.

Pero al mago travieso las cosas no le salieron siempre tan bien. Un día martes, escogió a un niño llamado Daniel como el próximo en convertirse en un animal, así que cuidadosamente entró a la casa de Daniel para hacerle la travesura.

Esperó un rato, sin hacer ruido para que nadie lo escuchara; entonces Daniel se acercó a un espejo para lavarse sus dientes, el mago lo vio y de inmadiato le lanzó un hechizo para transformarlo; pero lo hizo tan rápido que no lo lanzó bien, en lugar de darle a Daniel, le dió al espejo, así, el hechizo rebotó y se le regresó a Adán.

Así, ahora Adán el Mago ya no era un mago sino un animal, y como ya no podía hacer más magia, el hechizo de las otras personas se rompió, y todos volvieron a la normalidad.

Desde entonces, Adán quedó transformado en un mono, y toda la gente decidió encerrarlo en una jaula, pues no sabían que en realidad era el mago, sino que creyeron que era un mono de verdad; y después lo llevaron a un zoológico, donde la gente le aventaba plátanos para que comiera y se reía de él cada vez que se pone a renegar y a gritar como un mono enojón.

SUGERENCIAS DE TRABAJO

El docente tiene la opción de cambiar el campo semántico de este uento y manejar, en lugar de animales, por ejemplo ropa o juguetes, aunque sería necesario realizar algunos ajustes al final. También puede cambiar a los animales que aparecen, aunque yo escogí esos ya que inician con la misma letra del día correspondiente y sería más fácil manejar los días de la semana.

Los días de la semana

Durante la lectura del cuento aparecen los siete días de la semana, y al trabajar con la gráfica mencionada como sugerencia, se puede realizar un repaso de los días de la semana, apoyándose en el animal asignado en cada día, sobre todo porque la letra inicial coincide.

Esto se puede realizar como una actividad previa a las siguientes sugerencias.

Lectura de comprensión

Durante el cuento he omitido a propósito el señalar en qué animal pretendía Adán convertir a Daniel (aunque lo mencioné al final), esto con el fin de que el docente haga participar a los niños, haciéndolos recordar en qué animal lo iba a convertir si fue en el día martes.

Después de terminada la lectura, se pueden manejar algunas preguntas como ¿Qué animales aparecen en el cuento? ¿Cómo se llaman los personajes del cuento? ¿En qué animal se hubiera transformado Daniel?

Cambio del final del cuento

Otra opción que se puede trabajar es formar equipos, o hacerlo de manera individual, y asignando a cada uno un día diferente al que escogió Adán para transformar a Daniel. De esta manera, se le pide a los niños que inventen un nuevo final si a Adán le hubiera fallado el hechizo un día lunes, o un día jueves por ejemplo.

Posteriormente los niños pasarían a hacer lectura de su final inventado. Esta opción sirve para estimular la imaginación y también para trabajar la redacción.

Campo semántico

Se puede asignar un nuevo campo semántico y manejar otros objetos en lugar de animales, apoyándose en la gráfica o calendario para asignar un objeto a cada día.

Si tenemos un grupo de niños grandes, se puede incluso trabajar en equipos y asignar un determinado campo semántico a cada uno, escribiendo un cuento nuevo en base al anterior pero con las modificaciones necesarias, dependiendo del campo semántico manejado.

Por ejemplo, los equipos pueden manejar frutas, juguetes, ropa, etc. Realizando posteriormente la lectura de los trabajos.

Letras y sílabas iniciales

Si tenemos un grupo con niños pequeños, digamos de primer grado, o niños que no han adquirido la lectura y la escritura, se puede dejar a un lado el campo semántico y concentrarnos en las letras iniciales.

Se les pide a los niños que observen que cada animal inicia con la misma letra del día correspondiente, y con la ayuda de la gráfica o calendario, se puede hacer una lista de palabras que inicien con la letra de cada día, en este caso L, M, M, J, V, S y D, aunque la letra M se repite.

De la misma manera se puede trabajar con las sílabas iniciales, en este caso Lu, Ma, Mi, Ju, Vi, Sa, Do, realizando una lista de palabras con cada una.

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